ANTECEDENTES
HISTÓRICOS DEL CAFÉ
Desde
el año 575 D.C. hasta nuestros días, la historia del Café resulta apasionante. Originario
de Yemen, su posterior expansión por diferentes partes del mundo, así como sus diferentes
maneras de elaboración, conforman una narración muy interesante.
El
Café es originario de Etiopía, antiguamente Abisinia, y más concretamente de la
región de
Kaffa; de ahí posiblemente tomo su nombre el café. Debido a que muchas leyendas
antiguas sobre el cultivo y la costumbre de tomar café provienen de Arabia,
sería muy fácil confundirse con el verdadero origen de éste.
Sin
embargo, la más fuerte y aceptada de todas las leyendas acerca del origen y descubrimiento
del café y la bebida del café como tal, es la que hace referencia a un pastor llamado
Kaldi. Cuenta la leyenda que allá por el siglo VII, un pastor llamado Kaldi
observó una extraña reacción en su rebaño de cabras tras comer los frutos y
hojas de una planta hasta entonces desconocida para él. Los animales se
mostraban inquietos, nerviosos y mucho más activos. Ante esta reacción, decidió
recoger los frutos y hojas de la planta y prepararse una infusión, cuyo sabor
le desagradó tanto que optó por arrojar el resto de los frutos al fuego. Su
sorpresa fue mayúscula al percibir un aroma especialmente atractivo que le
indujo a prepararse una nueva infusión, aunque en esta ocasión con los frutos
ya tostados. Tras beber la infusión, el pastor Kaldi sintió una euforia tan
extraña como desconocida para él, lo que le llevó a informar de su experiencia
al Prior del Monasterio Chehodet. Allí, el prior descubrió después de numerosas
pruebas que con las semillas de estas plantas, una vez tostadas y trituradas,
se obtenía una agradable bebida que le ayudaba en las largas noches de vigilia.
La nueva bebida adquirió gran popularidad y se fue extendiendo por todos los
monasterios. Más adelante, el CAFETO (que así se llama el árbol que produce el
café) fue llevado a Arabia, convirtiéndose en una de las bebidas más populares
entre los peregrinos que se dirigían a la Meca. Del continente africano el CAFETO
se extendió hacia América Central y del Sur.
Los
primeros en descubrir las virtudes y las posibilidades económicas del café
fueron los Árabes. Esto fue porque desarrollaron todo el proceso de cultivo y
procesamiento del café y lo guardaron como un secreto, inclusive trataron de
evitar la salida de cualquier semilla de café. Por fin, el café comenzó a
conquistar territorio en el mundo como la bebida favorita en Europa, y llegó a
Italia en 1645 cortesía del comerciante Veneciano Pietro Della Valle. En Inglaterra
comenzó a tomar café en 1650 gracias al comerciante Daniel Edwards, quien fue el
primero en abrir un establecimiento de venta de café en Inglaterra y en toda
Europa. El café llegó a Francia a través del Puerto de Marsella. En 1660
algunos comerciantes de ese puerto quienes sabían del café, sus atributos y
efectos por sus viajes alrededor del mundo, decidieron llevar unos cuantos
sacos desde Egipto y por 1661 la primera tienda de café fue abierta en
Marsella.
La
historia señala a Soliman Aga, el embajador de Persia en París durante el
reinado de Luis XIV, como el primero en introducir el café en la Monarquía y la
alta sociedad Francesa. La primera tienda de café en París fue abierta al
público en 1672 por Pascal Armeniano a lo largo de la tradicional avenida Saint
German. Un Siciliano de nombre Procopio abrió una tienda similar cerca, donde
se reunían alrededor del exquisito sabor del café, muchos de los mejores ejemplares
de la sociedad Parisina.
En
1689 Procopio trasladó su tienda de café a un lugar cerca al Teatro de la
Comedia Francés donde prosperó y finalmente culminó cuando ya era conocido en
todo Paris. Las plantas de café viajaron un largo y ancho territorio antes de
su llegada a América. En 1690, Dutchman Nicolas Witzen evadió a los Árabes y
contrabandeó desde Moka una planta de café y algunas semillas a la ciudad de
Batavia, ahora conocida como Yacarta, capital de Indonesia. Witzen tuvo éxito
en su cultivo y las plantas de café crecieron bien. En el mismo año el
gobernador de Yacarta envió una planta de café para que creciera en las casas
verdes de Amsterdam. Los holandeses de ese tiempo trataron de hacer crecer la
planta en sus propios terrenos para disminuir costos y los riesgos que
involucraba el importar café, pero ellos no tuvieron éxito y descubrieron que
la planta de café solo crecía en lugares con latitudes tropicales.
La
primera planta de café de Francia fue comprada por un miembro del ejército
Holandés. La
planta fue dada al rey Luis XIV en Marly en 1712. Desde Marly la planta fue
enviada a Paris
donde prosperó y produjo unos pocos granos pero pronto murió. El señor Jussieu
fue el primero, en 1714, en establecer la descripción y clasificación del café.
El nombre científico que recibió el café fue: Jasminus Arabicum Laurifolio,
cujus semen nos caffe diditur. Traducido significa: "Jazmín con hojas como
laurel cuyas semillas conocemos como café".
Bajo
una cuidadosa supervisión , la planta de café creció. Después el cuidado de la
planta fue
dado al Jardín Botánico de París bajo el cuidado del Dr. Chirac. En 1723, el
Dr. Chirac dio
una de las plantas a un miembro del ejército Francés, Gabriel de Clieux para
que la llevara a las colonias francesas en América, específicamente a la isla
de Martinica. El café creció
bien en Martinica y tan pronto como los registros pueden decir todo el café
creció en Sur América originado de la planta llevada por Gabriel de Clieux.
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