Catación
del café
La catación se ha
considerado como una importante herramienta para el control de calidad del café.
Para comprender mejor, podemos definir catación de una forma sencilla como. “probar,
gustar algo para examinar sus sazón” (Real Academia de la Lengua Española).
Otra definición “evaluación sistemática de aroma y sabor de una muestra de
granos de café”, en este sentido se pueden identificar una serie de pasos de
una evaluación sensorial por medio del olfato, gusto sensación bucal. Con lo
anterior se pueden identificar atributos
o características (positivos) o bien defectos (negativos) para su categorización
que generalmente está asociada a propósitos económicos
¿Cómo
se cata el café?
Para catar, lo
primero que tenemos que conocer es cómo funciona nuestra lengua. La lengua
tiene diferentes áreas donde se puede detectar los cuatro sabores básicos:
•Dulce, se siente en
la punta de la lengua.
•Salado, se siente en
la parte anterior de la lengua.
•Agrio, se percibe en
la parte posterior de la lengua.
•Amargo, se percibe
en la parte trasera de la lengua.
Qué
se va a catar del café
•Primero se siente la
fragancia, el olor de ese café recién tostado y molido.
•Después se siente el
aroma. Para esto, a ese café molido, se le echa agua a punto de hervir y se
deja reposar por tres minutos. El café flota, formándose como una nata en el vaso.
Al olerlo, se sentirán todos los aromas que pueda tener, pero también los
daños.
•Por último se prueba
el sabor. Para esto primero sacamos todo esa nata de café del vaso, (a esto los
catadores le llaman “quebrar la taza”) y con una cucharita sorbemos fuerte la infusión
para que entre con aire y pueda regar todas las papilas gustativas de la boca.
Hay cafés que en
el aroma se
sienten deliciosos, pero
que ya en
el sabor se
bajan completamente.
Errores
que afectan el sabor y la calidad
Errores en la cosecha.
Sólo se debe cortar el rojito, porque al tener su punto de maduración, el grano
tiene su desarrollo y su sabor completos. Si cortamos el grano pinto, el gusto
de la taza de café es astringente, amargo, áspero, y si lo cortamos verde es
peor: el gusto es a maní.
Si el café se corta
remaduro o cuando ya se secó en el palo, puede dar un sabor vinoso, o un sabor
como a medicina, metálico. El mismo sabor agarra el café que se pepena del suelo.
Errores
en el beneficiado húmedo
Si lavamos
con agua sucia,
el café puede
agarrar un gusto
a pescado. Por
eso en beneficios ecológicos se
recomienda no reciclar más de una vez el agua, porque el café puede agarrar un
gusto a charco.
Si dilatamos en
despulpar, el café puede tomar un gusto vinoso. El despulpe, aunque sea poca la
cantidad, debe ser diario, lo mismo que la fermentación y el lavado. Cuando la cantidad
de café que se produce es pequeña, una vez bien lavado, se puede mantener en agua,
mientras se le mezcla el del día siguiente, o puede almacenarse por dos días,
sin que le pase nada.
Si lo fermentamos
demasiado, el grano se pone de color amarillo, lo que es un defecto, pero
además agarra un sabor a fermento. Si en el fermentador cae pulpa da primero un
sabor a queso, que puede llegar a ser hediondo.
Si se lava mal,
aparece un sabor a piña madura, que puede llegar hasta un sabor agrio. Si el
grano, una vez lavado, se almacena mojado por más de ocho horas, puede agarrar
un sabor mohoso.
También es importante
la ubicación del patio o de las zarandas para el secado, porque el grano de
café agarra con facilidad cualquier olor que lo rodea: por ejemplo a humo, a madera,
a saco, a animales...
Si el café lavado se
pone sobre la tierra, o se mezcla café de primera con café recogido del suelo
puede agarrar sabor a tierra.
Errores
en el transporte
Si llevamos el café
hacia el centro de acopio o hacia el beneficio, tenemos que garantizar que el
vehículo esté limpio y no llevar a la vez animales, químicos, diesel o
kerosine, porque todos los olores se le pegan. Vamos a tener un café
contaminado.
Si lo enviamos en
bus, pidámosle al conductor que lo lleve en la canastera, sin arrimarle nada
que pueda pegarle un olor.
Si lo transportamos
en bestias, que la albarda esté limpia y no llevemos a la vez gallinas, kerosen
u otras cosas que lo puedan contaminar con el olor. Todos estos errores hacen que
un café de exportación de primera calidad, se convierta en un café de segunda,
de menor precio y sólo vendible en el mercado local. ¡Por eso hay que tener
tanto cuidado en el manejo, porque si no, al final, el perjudicado es el
productor
Es interesante conocer sobre las causas que conllevan a desmejorar la calidad en cuanto a olor y sabor del café. Sin embargo quisiera saber sobre las tasas de excelencia generadas en variedades como: paca, catimor, marsellesa etc.
ResponderEliminarSaludos y gracias por su importante información